Nuestra vida es demasiado corta como las flores de primavera que florecen y caen pronto. Si tuviéramos que soportar tiempos difíciles solos en esta corta vida, ¡qué solitaria y desdichada sería nuestra vida!
Hay muchas personas en la aldea global que viven aisladas y se sienten solas. Si tienen a alguien que los cuide y los apoye en su vida difícil, les dará un gran consuelo y esperanza, ¿no es así?
Hoy, nos hemos convertido en compañeros de los refugiados climáticos, las víctimas del terremoto y las familias marginadas del bienestar social, animándolos y respaldándolos. Al caminar hoy, recuerden que cada paso que dan es una expresión de su gran voluntad de acompañar a nuestro prójimo que lleva una vida solitaria.
¡Tengamos ánimo! ¡Tengamos valor! Después de la lluvia viene el buen tiempo. Después del dolor viene la alegría. No se desanimen, sino sigan avanzando. Sin duda vendrán días buenos. Está el apoyo de muchos amigos que se han reunido hoy aquí.